El guante está lanzado.
A la caza del ‘Gordo’
La lucha por el ascenso ofrece un final de temporada apasionante. Las nueve últimas jornadas que se disputarán entre abril y mayo otorgarán dos plazas de ascenso directo y una lucha titánica entre otros cuatro equipos. El Real Valladolid aguanta el tipo en tercera posición y con un factor a tener muy en cuenta: depende de sí mismo para subir un peldaño y firmar el regreso a Primera División sin necesidad de esperar a los temidos playoffs. Si adelanta al Almería tras el duelo que les medirá en Zorrilla el tercer fin de semana de abril habrá dado un paso de gigante.
Los 90 minutos de cada partido no requieren sólo talento y capacidad física. Hay en juego otros factores que el Pucela deberá dominar. Las derrotas ante Oviedo y Las Palmas previas al triunfo ante el colista Alcorcón tienen que servir para sacar conclusiones. Es absurdo darle vueltas a las decisiones de los árbitros y a la polémica que genera el Var. El Valladolid cuenta con una de las mejores plantillas de la categoría y tiene en el banquillo un entrenador que sabe lo que quiere y que domina también la faceta de psicólogo cuando es necesario.
El ascenso no permite regalos al adversario de turno. Los jugadores tienen que ser conscientes de ello. No pueden repetirse episodios como el de Oviedo con una temprana expulsión que deja al equipo en inferioridad más de una hora. El Pucela terminó entregándose, como ya le ocurrió en la primera vuelta frente al Burgos y al Amorebieta. Hasta los grandes equipos tienen fallos descomunales y eso le pasa también a un modesto como el Valladolid. Los partidos aciagos ofrecen las mejores lecturas. Nada mejor que analizar a fondo cada jugada para ver dónde estuvo el origen de esos goles que pesan como losas.
Muchos de los jugadores que visten la camiseta blanquivioleta estaban en Zorrilla la pasada temporada y sufrieron la crueldad del último descenso. El equipo se caía poco a poco, no hubo reacción ni en el palco ni en la dirección deportiva ni en el banquillo y la derrota ante el Atlético en la última jornada fue la crónica anunciada de ese batacazo. El Pucela llegó sentenciado al último episodio y con el rival jugándose el título y eso no se puede repetir. De ahí la importancia de escalar al menos un puesto para obtener el billete directo.
El Valladolid ha ofrecido fútbol de alto nivel en muchas ocaasiones y ha sido muy superior en el césped. Pacheta dirige a profesionales que han competido en la máxima categoría y eso se nota desde el primer minuto. Ahí radica otra de las grandezas de este Pucela que se siente capaz de recuperar la categoría perdida y de darle a su afición esa alegría que tanto necesita. Los seguidores del Pucela se dejan el alma en cada partido y llevan al equipo en volandas cuando más se les necesita. Algunos de los triunfos conseguidos hasta ahora merecieron una ventaja más holgada pero si no llegó fue por la falta de acierto de los propios jugadores. A partir de ahora se penalizarán mucho más los tropiezos.
Paco García, recién aterrizado en el polideportivo Pisuerga, conoce bien la exigencia del momento. Dirige al Real Valladolid Baloncesto pero sabe perfectamente lo que hay en juego en cada partido de basket, de fútbol, de balonmano, de rugby y de cualquier deporte. Acaba de llegar al banquillo y no ha tardado nada en lanzar un mensaje a la afición. Hay que ganar partidos y habrá momentos en los que el juego no sea brillante, pero lo que prima ahora es el resultado.
Supongo que Pacheta habla el mismo idioma. En los entrenamientos se trabajan ataques, defensas y multitud de jugadas. El público agradece el espectáculo pero cuando se acerca el final de temporada se mira más la clasificación que el juego. El Pucela tiene calidad en grandes cantidades para ganarse el ascenso y volver a luchar contra los grandes. Pero es fundamental ocupar uno de los dos primeros puestos. En Segunda División hay dos premios ‘Gordos’ y el tercero llega a través de la pedrea, ese peligroso playoff que da alas al quinto y al sexto clasificado, quizás también al cuarto, y que en ocasiones empequeñece al tercero porque tuvo el ascenso muy cerca y lo dejó escapar.
Esta ‘orquesta’ en la que en ocasiones se convierte el Pucela suena bien. Ha brillado en multitud de ocasiones y debe seguir haciéndolo en los grandes conciertos que llegan a partir de ahora.