El guante está lanzado.
Una vez un hombre me dio un abrazo
Un abrazo puede transmitir cariño, puede transmitir simple alegría, puede transmitir agradecimiento, puede transmitir las ganas de repetir el gesto o el temor a que no se repita en mucho tiempo; por eso, después de estar abrazados a alguien, el cuerpo se nos queda con sensaciones muy distintas, desde el vacío hasta la mayor de las alegrías.
Hace unas semanas después de una conversación que nos dejó muy tocados a la mayoría de los presentes, la persona alrededor de la cual nos habíamos reunido se levantó y nos fue abrazando de uno en uno. La carga emocional de aquel abrazo, del abrazo de un hombre hecho y derecho que ha tenido el coraje de rehacerse a sí mismo, de recomponer su cuerpo y su mente será muy difícil que se nos desprenda a los que tuvimos la suerte de recibirlo. En él nos traspasaba toda su fuerza y sus ganas de comunicar y compartir lo acumulado en victorias y en derrotas, en una vida plena
Nos habíamos reunido con una de esas personas que después de haberlo tenido todo, de haber tocado el cielo de los máximos triunfos deportivos, de tener una vida envidiada por muchos, un 30 de diciembre tras un accidente fortuito, lo que todo el mundo llamaría una caída tonta, ve trucada su vida normal y tiene que empezar casi de cero.
Médicos, recuperadores, logopedas y todo el cariño que se había ganado durante 50 años habían hecho posible que Eusebio Sacristán decidiese presentarse en público, demostrar que todo el trabajo llevado a cabo desde aquel fatídico `penúltimo día del año había merecido la pena.
Sabía que aún le quedaban muchas cosas que compartir, muchas cosas que inculcar, pero necesitaba convencerse a sí mismo de que podía hacerlo y decidió pasar la prueba con un grupo de periodistas que tuvimos la suerte de juntarnos con él y refrendar que aún le quedan muchas cosas que decir y que puede seguir siendo un gran ejemplo
Tras un largo proceso de recuperación y con sólo una idea repiqueteando en su mente, el muchacho de La Seca que una vez decidió jugar al futbol y lo consiguió “a base de mentalidad”, que quiso ser un grande del futbol y llegó a ganar una Champions “a base de mentalidad”, que todo en su vida lo ha conseguido “a base de mentalidad” … hoy ha sido el mejor invitado que podían tener los desayunos de la APDV para inaugurar su nueva temporada.
A mí me dio un abrazo.