Pedro Delgado: “¿Nadie ha llegado nunca tarde en su vida?”

El ex ciclista segoviano y comentarista en TVE echa la vista atrás en los Desayunos de la APDV para recordar aquel Tour que perdió en Luxemburgo en 1989 y otras mil anécdotas

Fue un desayuno, pero podía haber sido desayuno, comida y cena escuchando a Perico Delgado. El ex ciclista segoviano, ganador de un Tour de Francia y dos Vueltas a España, hizo repaso a toda su trayectoria deportiva y a la situación actual del ciclismo. Con su estilo natural y cercano, sacó más de una sonrisa y alguna que otra carcajada al numeroso público presente en la Sociedad Hípica de Valladolid. 

De la mano de su gran amigo, enorme periodista y cronista de la ciudad, José Miguel Ortega, Perico comenzó el repaso vital con sus inicios en Segovia y su primer equipo, el Moliner vallisoletano. “Yo por entonces veía más la bici para moverme por la ciudad, pero sobre todo como la oportunidad de conocer otros lugares, otra manera de ver el mundo”. Recordaba también como tenía que hacer viajes de Segovia a Valladolid, en autobús de línea y dejando la bici en el techo, “con el miedo que se volara”.

Su primer director deportivo, Moncho Moliner, ya vaticinó que ganaría un Tour. “El se enamoró de mi rebeldía, y era un poco desastre como yo, pero no pensaba por entonces que pudiera ganar un Tour. Hay muchos deportistas con unas condiciones increíbles que luego no llegan. Yo dudaba de mí mismo”. Luego llegó su paso al ciclismo profesional fue al equipo Reynolds. “Tenía ofertas de Kelme con Carrasco, de Mínguez y de Echavarri y me quede con este último con el carácter de los navarricos. También me gustó su buena estructura y que me daba tranquilidad para el salto del amateur al profesional”. Con todo recuerda que “a mi padre ni se le pasaba por la cabeza que se pudiera vivir del deporte. El decía que si llevaba bien los estudios podría correr”. 

Su primer triunfo en la Vuelta a España llegó en el año 85. Fue con aquella histórica etapa con final en Segovia, donde recortó los seis minutos que tenía de desventaja sobre Robert Millar. “Se unieron una serie de circunstancias muy difíciles de repetir. Fue una carrera loca desde el primer minuto y mi único propósito era intentar ganar la etapa, no la general”. Recordaba que lo intentó en Cotos sin fortuna y en Navacerrada, donde “hacia un día de perros con niebla y aguanieve, recordé la frase de Ángel Arroyo que me decía, si no se puede subiendo se tiene que intentar bajando". Así ocurrió y, una vez dio caza a Pepe Recio, escapado kilómetros antes, se fueron juntos camino de meta. “Nunca pensé que pudiera ganar la Vuelta y no sabía que pasaba atrás”. Contó que años después habló del tema con el propio corredor escocés, quien le confesó que su director nunca le dijo el tiempo que estaba perdiendo. 

El Tour que ganó y el que perdió

En el año 88 ganó su primer y único Tour, “aunque creo que tenía calidad para ganar al menos uno más”, pero sobre todo se le recuerda también aquella ronda gala perdida en el 89, cuando llegó tarde al prólogo de Luxemburgo. “¿Nadie ha llegado tarde en su vida?”, afirmó ante la carcajada de los asistentes. Fue su primera justificación de lo que el propio Perico Delgado calificó como “el mayor error de mi vida deportiva”. Y es que reconoció que en ese momento se sentía invencible. “Venía de ganar el Tour y la Vuelta a España y estaba convencido de ser el mejor. Me dije a mi mismo `la vas a armar´, y mira si la armé”, afirmó entre risas. 

Recordó que estaba la salida quince minutos antes pero que se alejó del tumulto ante la cantidad de gente que le paraba para pedirle una foto. “No quería perder la concentración, pero me despisté y cuando volví vi a Echavarri desencajado, a mi mecánico gritando y el reloj que marca 41”. Reconoce que en ese momento se sitió el hazmerreír de todo el mundo y de hecho su frustración le hizo perder otros cinco minutos en la etapa del día siguiente.  Se dijo incluso que había pensado en abandonar, pero el recuerda que “tenía claro que por muy mal que estuviera iba a estar peor en Segovia. Luego me recuperé y terminé tercero de ese Tour”. 

En el año 91 apareció la figura de Miguel Induráin y, aunque algunos pudieran pensar que para Perico eso fuera un problema, él aseguró hoy en los Desayunos de la APDV todo lo contrario. “Para mi fue una bendición y no un problema. En ese año 91 no me sentía igual de bien y el triunfo y liderazgo de Miguel fue para mí fue una liberación. Fue una transición, no deseada, pero me sirvió para rehacerme a mí mismo y poder ayudar al propio Induráin”. 

Sus inicios como comentaristas llegaron a partir del año 94. “En el Tour del 93 sufría mucho y tuve claro que el año siguiente sería el último. Entonces TVE contactó conmigo y aunque al principio no me apetecía mucho al final acepté y firmar por dos años”. Desde entonces ha perdido la cuenta de los años que ha firmado y se ha convertido en una de las voces del ciclismo.

El ciclismo actual y Pogaçar

Como era de esperar el nombre de Pogaçar salió a escena para hablar del ciclismo actual. “Nadie pone en duda su calidad. Evenepol, con lo bueno que es, parece una aprendiz a su lado. Tiene unos valores de ganador y además tiene esa mentalidad. es un auténtico prodigio. No sé cuánto va a durar su dominio, no por sus condiciones, sino porque se acostumbre a ganar. Se puede producir un desapego, pero tengo claro que ha venido para dominar el ciclismo de los próximos 5 años”. 

En cuanto al ciclismo español reconoce que “en la dictadura de Pogaçar es imposible brillar. El ciclismo está muy controlado y falta ese punto de locura para que aparezca un corredor de los de antes. Juan ayuso, Carlos Rodríguez son ciclistas en progresión, pero no al nivel de Pogaçar”. 
 

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